7/02/2008

La hemofilia en las casas reales

La familia más notable y famosa en donde recayó la hemofilia fue en la reina Victoria de Inglaterra, en 1853 al nacer su octavo hijo Leopoldo con hemofilia. Desde entonces príncipes y princesas de diferentes países, al casarse entre sí siguieron la transmisión de la hemofilia en las casas reales. Este es el caso de la reina Victoria que transmitió la hemofilia a las casas reales de España, Alemania y Rusia:
La reina Victoria de Inglaterra, nieta de Jorge III, nació en 1819, era hija única del duque Eduardo de Kent y de Victoria, princesa de Sajonia-Coburgo. Sucedió en el trono a su tío Guillermo IV en 1837 y, tres años más tarde, se casó con Alberto, hijo del Duque de Sajonia - Coburgo - Gotha. Tuvieron nueve hijos, cuatro varones y cinco hembras. De los nueve, uno, Leopoldo era hemofílico, y al menos dos de sus hijas, Alicia y Beatriz, eran portadoras. Leopoldo era el hijo más pequeño y se lastimaba fácilmente y sufría hemartrosis frecuentes. A los 26 años no se le permitió representar a la reina en la inauguración de la primera Exposición Internacional en Australia. En una carta al primer ministro Disraeli, Victoria comentaba: "No puede enviar a su delicado hijo, que ha estado cuatro o cinco veces a las puertas de la muerte y apenas pasa un mes sin tener que verse en cama, a un lugar tan lejano, a un clima al que no está acostumbrado, y exponerle a peligros que quizá no pueda evitar. Aunque no le ocurriera nada, la terrible ansiedad que la reina tendría que soportar la incapacitaría para sus tareas de gobierno y podría minar su salud". Leopoldo se casó con Helena de Waldeck y tuvieron dos hijos. Leopoldo murió en Cannes tras una caída antes de que su hijo naciera. Su hija Alicia era, naturalmente, portadora de Hemofilia y al menos uno de sus descendientes, Ruperto, era hemofílico. Este murió de accidente de coche en 1928.
Las otras hijas portadoras de la reina Victoria fueron Alicia, nacida en 1843 y Beatriz, nacida en 1857. La primera tuvo siete hijos, uno de los cuales, Federico, era hemofílico y dos hijas, Alix e Irene, portadoras. El varón murió a los tres años al caerse de una ventana. Alix llegó a ser zarina de Rusia al casarse con Nicolás en 1894 y tomó el nombre de Alejandra Feodorovna. Tuvo un hijo llamado Aléxis que nació en 1904 y era hemofílico. Sus padres contrataron a los más importantes doctores y ensayaron todos los tratamientos posibles de la época, hasta que pidieron consejo a un hombre religioso llamado Rasputín. Se piensa que este encontró una forma especial de ayudarle a soportar el dolor, relajándole al contarle historias o poniéndole en trance hipnótico. Cuando Aléxis cumplió 14 años murió asesinado junto con su familia como resultado de la Guerra Civil en Rusia. La princesa Irene se casó con su primo Enrique de Prusia, y de sus tres hijos, dos eran hemofílicos. Waldemar y Enrique murieron.
La segunda de las hijas portadoras de Victoria, Beatriz, se casó en 1885 con el príncipe de Battemberg y transmitió la hemofilia a la familia real española. Por deseo de Jorge V, el nombre de la familia fue cambiando a Mountbatten durante la primera guerra mundial. Los Mountbatten tuvieron cuatro hijos. Leopoldo y Mauricio eran hemofílicos; ambos lucharon en la guerra, y Mauricio murió en acción en Ypres en 1914, Leopoldo murió a los 33 años. Su hermana Victoria se casó con Alfonso XIII de España, del que tuvo cinco hijos y dos hijas. El hijo más joven, Gonzalo era hemofílico y murió de accidente de coche en 1934. Su hermano mayor, hemofílico, Alfonso, murió, del mismo modo en 1938. Con la muerte de Waldemar en 1945, el gen hemofílico mutante que azotó la vida de la familia real en tres países durante casi 100 años, pareció extinguirse. Puede reaparecer en los descendientes del príncipe Leopoldo o en las princesas españolas.

Editado de : http://www.hemofilia.com/op3/2/47


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